Deben considerarse aspectos curriculares (objetivos alcanzados) como los personales (cualidades, interés, trabajo, actitud y aptitud), y siempre en referencia con sus conocimientos previos.
Desde la autoevaluación de los propios alumnos, como eje de reflexión para avanzar en el aprendizaje y de una forma continua. Con la evaluación de los distintos aspectos de forma continua, en actividades dentro del aula y fuera del aula sobretodo para incentivar la motivación y la creatividad de los alumnos y el profesor. Por ejemplo, en talleres de museos de Madrid, en tomar de un paisaje o de una calle los elementos necesarios para realizar una composición, una perspectiva, un apunte al natural, un obra en claro oscuro.
Evaluar para aprender y para descubrir quien es el alumno y como puede expresarse por sí mismo en el lenguaje artístico.
Realmente me alegra haberme encontrado con todos vosotros. El deseo de alcanzar unas metas profesionales, luchar por hacer de este tiempo y esta oportunidad un grupo forjado de empatía y de amistad que trabajan en equipo sólido para construirse como docentes-artístas y aportar a nuestros alumnos de las herramientas de aprendizaje del ser y fomentar su espíritu artístico.
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